Revolución de los claveles (Portugal)
El símbolo de los claveles se ha
convertido en un poderoso emblema que representa la Revolución del 25 de abril
de 1974 en Portugal. Esta revolución, también conocida como la Revolución de los
Claveles, marcó un hito importante en la historia del país, poniendo fin a casi
cinco décadas de dictadura y estableciendo una democracia duradera.
El 25
de abril de 1974, un grupo de jóvenes oficiales del ejército portugués llevó a
cabo un golpe militar que derrocó al régimen autoritario de Marcelo Caetano.
Durante el levantamiento, los soldados se dirigieron a la
plaza del Marqués de Pombal en Lisboa.
En un gesto pacífico y simbólico, los
soldados colocaron claveles rojos en las
bocachas de sus rifles y los entregaron a los civiles presentes. Este acto
representaba la fusión de los militares y el pueblo en su lucha común por la
libertad y la democracia.
Los claveles rojos, en particular, fueron elegidos como símbolo debido a su
asociación con el amor y la pasión, pero también con el sacrificio y la lucha.
Estas flores, con su color vibrante y su belleza efímera, encapsulaban el
espíritu de la revolución: la esperanza de un cambio positivo y el deseo de una
sociedad más justa y libre.
Desde entonces, el símbolo de los claveles se ha
arraigado en la memoria
colectiva de Portugal como un recordatorio de la valentía y la determinación del
pueblo en su búsqueda de la libertad. El 25 de abril se celebra anualmente como
el Día de la Libertad en Portugal, y los claveles son una presencia constante en
las conmemoraciones y los actos públicos.
El símbolo de los claveles también
ha trascendido las fronteras de Portugal y se
ha convertido en un símbolo universal de la lucha por la libertad y la
resistencia pacífica. Ha inspirado a movimientos sociales en todo el mundo y ha
demostrado el poder de los símbolos para unificar a las personas y transmitir un
mensaje de esperanza y cambio.
Tagetes (Mexico)
El Día de los Muertos es una
festividad tradicional y colorida que se celebra en México y honra a los seres
queridos que han fallecido. Durante esta celebración, se cree que los difuntos
regresan temporalmente al mundo de los vivos para reunirse con sus familias y
ser recordados con amor y alegría. Entre los diversos símbolos y elementos que
se utilizan en esta festividad, el tagete, también conocido como cempasúchil o
flor de muertos, ocupa un lugar destacado.
El tagete es una flor de vibrante
color naranja y aroma distintivo que florece
durante el otoño en México. Su nombre en náhuatl, "cempasúchil", se deriva de
las palabras "cem", que significa muerte, y "pasóhui", que significa flor. Esta
flor ha sido venerada en la cultura mexicana desde la época prehispánica y se
considera un símbolo de vida, muerte y renacimiento.
Durante el Día
de los Muertos, los
pétalos de tagete se utilizan para crear senderos de flores que
guían a los espíritus de los difuntos desde los altares familiares hasta los
cementerios. Estas alfombras coloridas, están decoradas con pétalos de tagete
dispuestos en diseños
geométricos y se cree que ayudan a los difuntos a encontrar su camino de regreso
a casa.
Las flores de tagete se ofrecen como un
regalo para atraer y deleitar a los espíritus de los seres queridos, quienes,
según la creencia, disfrutan de su color y su aroma. La presencia del tagete en
los altares simboliza la bienvenida y el homenaje a los difuntos, así como la
alegría y la vitalidad que se celebra durante el Día de los Muertos.
El
tagete, con su vibrante color naranja, su aroma embriagador y su presencia en
los rituales del Día de los Muertos, se ha convertido en un símbolo icónico de
esta festividad en México. Representa la conexión entre los vivos y los muertos,
la celebración de la vida a pesar de la muerte y la creencia en la continuidad
espiritual.
Rosas en pentecostés en el panteón de Roma
El Pentecostés es una festividad
cristiana que conmemora la descendencia del Espíritu Santo sobre los apóstoles y
la formación de la Iglesia. En algunas tradiciones religiosas, especialmente en
la Iglesia Católica, el Panteón en Pentecostés es una ceremonia especial en la
cual se adorna el interior de las iglesias con rosas rojas y blancas, lo que
representa el simbolismo y la belleza de este evento sagrado.
La rosa ha
sido un símbolo espiritual y religioso significativo a lo largo de la
historia. En el contexto del Pentecostés, la rosa se asocia con el fuego del
Espíritu Santo, que descendió sobre los apóstoles en forma de lenguas de fuego.
Se cree que el Espíritu Santo infundió a los apóstoles con dones y poderes
especiales para llevar el mensaje de Cristo al mundo, y la rosa es un
recordatorio visual de esa energía divina y su impacto transformador.
Durante la
celebración del Pentecostés, los altares y las iglesias se decoran con rosas
rojas y blancas. El rojo simboliza el fuego y el amor ardiente del Espíritu
Santo, mientras que el blanco representa la pureza y la paz. Estas dos
cualidades se unen en el simbolismo de la rosa, que representa tanto la pasión
como la divinidad.
El Panteón en Pentecostés es un momento de gran
solemnidad y alegría en la liturgia cristiana. Las rosas adornan los altares,
los púlpitos y los espacios
sagrados, creando una atmósfera de belleza y reverencia. Las flores evocan la
presencia del Espíritu Santo y su influencia en la comunidad de creyentes,
inspirando a los fieles a abrir sus corazones y recibir los dones espirituales
que se ofrecen en esta festividad.
Además de su significado espiritual, la rosa también representa la fragilidad y
la efimeridad de la vida humana.





